Al lavarse las manos simplemente se abre la llave y se sumergen los dedos en el agua que cae. Lo mismo al tomar una ducha, cocinar algún alimento o lavar una prenda de vestir: uno sólo gira una pila y el preciado líquido sale a chorros.
La vida está hecha de simples cosas, como abrir una llave y usar el agua que cae. Pero ¿qué pasa cuando nunca se han tenido esos pequeños detalles, o se tuvieron hace ya tanto tiempo que ni en los resquicios del recuerdo se encuentran las vivencias?
Esa es la realidad al interior de la comunidad rural de La Gran Piedra, en Santiago de Cuba, un sitio paradisíaco, reserva natural protegida y patrimonial, donde el ir y venir de los turistas es constante hace décadas pero el agua no llega por tuberías.
Del carro del agua… y más
Quienes llevan más tiempo en la comunidad de La Gran Piedra cuentan que en algún momento existieron tuberías que conducían el agua. De esas viejas venas sólo quedan exiguos vestigios oxidados… y uno que otro recuerdo.
Raquel Ramos Arango vive en la comunidad rural de La Gran Piedra hace casi 50 años y dice que el manejo del agua aquí es muy complejo: “ahora no hay agua. Cuando llueve bastante hay un tanque en la orilla del camino que llega un poquito de agua, y cuando es abundante y se llena, las personas aprovechan y llenan sus cisternas, pero como ahora hace más de dos meses que no hay agua, entonces hay que ir a buscarla al manantial en mulos, al hombro, como se pueda. Eso es siempre. Toda la vida ha sido así (…) El manantial me queda a 400 o 500 metros aproximadamente, pero no es solo la distancia es que queda en una pendiente”.
El acceso al preciado líquido se realiza atravesando un camino que en su parte más cercana al abasto del agua, es una empinada cuesta que se hace difícil tanto subirla como bajarla, más cuando se carga al hombro o en brazos algún recipiente lleno. La tarea, aseguran, es mucho más ardua para personas mayores o cuando la tierra está resbaladiza.
Hace ya unas semanas, desde que comenzaron las labores del proyecto Los Caminos del Café, de la Oficina del Conservador de la Ciudad (OCC) de Santiago de Cuba, un camión de la Delegación Provincial de Recursos Hidráulicos –otro de los organismos involucrados en la iniciativa– varias veces por semana ofrece una gran ayuda. Hace viajes cargado con bidones, tanques, porrones, tanquetas…, llenos con el preciado líquido, el que se reparte en la comunidad.
Esta es la ayuda inmediata, pero a largo plazo se está trabajando en la creación de un pequeño sistema, con una bomba, tuberías y tanque, para llevar el agua hasta cada hogar de la comunidad.
“Muy contentos y satisfechos porque se realice y lleve a cabo completamente” así expresa Masiel, a nombre de su comunidad, la alegría que existe por la realización del proyecto de mejoras de condiciones de habitabilidad de la comunidad rural La Gran Piedra.
Agrega esta líder comunitaria que también ha sido muy importantes para ellos que el proyecto incluya el empleo de la energía solar para beneficiar la sala de video o el consultorio, este último el sitio donde se evacúan las personas que viven ahí previo al paso de un ciclón.
Los Caminos del Café… ahora como macro proyecto
Hace unos años, el proyecto internacional Los Caminos del Café comenzó a ser noticias al intervenir constructivamente en dos objetivos: la actual Casa Dranguet, a pocos metros del corazón de la urbe, y en la antigua hacienda Fraternidad, en la zona rural del municipio cabecera.
En los últimos tiempos, dicha iniciativa –de la Oficina del Conservador de la Ciudad– extendió sus objetivos al paisaje cafetalero que en Santiago de Cuba ostenta la condición de Patrimonio de la Humanidad.
De esa intención nació el proyecto de mejoras de condiciones de habitabilidad en la comunidad de La Gran Piedra, que impulsan la OCC, la Asociación Cuba Cooperación Francia y la Delegación Provincial de Recursos Hidráulicos, además del gobierno municipal.
A decir de la DrC. Yaumara López, jefa del Grupo de Trabajo Paisaje Cultural Cafetalero, una de sus acciones más importantes de la Oficina del Conservador de la Ciudad de Santiago de Cuba, vinculadas a la iniciativa Los Caminos del Café, es este proyecto que “presentará acciones vinculadas al mejoramiento de las condiciones de habitabilidad de la comunidad rural Gran Piedra, esta comunidad ubicada en un lugar extraordinario de nuestra provincia, un paisaje natural protegido, vinculado también a un Patrimonio de la Humanidad, declarado en el año 2000 por la UNESCO que es el conjunto de plantaciones cafetaleras, que también es un patrimonio importante que define la identidad de la provincia de Santiago de Cuba”.
Aquí existen problemáticas vinculadas al acceso al agua potable y a redes de saneamiento que permitan la preservación de las condiciones medioambientales excepcionales que tiene el entorno natural donde está ubicada.
“Este proyecto de colaboración internacional vinculó los esfuerzos de la propia Oficina, a través del proyecto Los Caminos del Café, con su grupo de trabajo, con la Delegación Provincial de Recursos Hidráulicos de Santiago de Cuba, vinculados a la Asociación de Cooperación Cuba Francia que apoyó las acciones que se desarrollan en esta comunidad aportando la tecnología necesaria para abastecer de agua potable a la comunidad rural y también el acceso a energías renovables a partir del aprovechamiento de la energía solar con paneles fotovoltaicos que fueron ubicados en distintas zonas de la comunidad y que va a permitir que el acceso a esta energía pueda mover toda esta red hidráulica a partir de una bomba que se colocó en un pozo”.
Dicha colaboración ha sido importante no sólo a partir de toda la tecnología donada sino también por el intercambio y esfuerzo de especialistas y técnicos pertenecientes a la Fundación Electricidad de Francia, que han colaborado de manera directa en la creación de esta red de distribución hidráulica movida a partir de la energía solar.
Precisamente, procedente de la Asociación Cuba Cooperación Francia, y especialista en energía renovable, llega a Santiago de Cuba Bernard Martínez quien explica que: “son tres proyectos. El primero son los paneles solares, una bomba de agua y un tanque, para que tengan agua potable y electricidad porque aquí se sabe que se puede demorar hasta meses en volver a poner la electricidad cuando pasa un huracán. Pusimos paneles para electrificar la casa principal (sala de video), la bodega, la casa del médico y la escuelita. Todo esto está incluido en el primer donativo, que es de 30 mil euros”.
Asegura el especialista que la segunda parte del proyecto es el saneamiento de las aguas residuales, para lo cual se aportarán unos 12 mil euros, y en la tercera parte se colocarán filtros cerámicos y bombas de cloro en los hogares.
Los nuevos derroteros del agua… en La Gran Piedra
Son las aves las que dominan el panorama sonoro de La Gran Piedra. Es el único sitio donde este servidor que escribe ha sentido el cantar del tocororo. Pero muchas más especies se suman al coro de la naturaleza.
Pero hace ya unas cuantas semanas el cantar de las aves cedió paso a la algarabía del ir y venir de medios de transporte, al ajetreo de las excavadoras y al quehacer de los diferentes especialistas y constructores que intervienen en la instalación del sistema hidráulico y paneles fotovoltaicos en la comunidad rural de La Gran Piedra.
Eduardo Roca Gual es el representante de Instituto de Recursos Hidráulico en el proyecto.
Explica el especialista que actualmente se está construyendo la conductora de impulsión a partir de la bomba y el tanque donados: “una vez terminada la conductora se va a construir la red de distribución, y la conductora se va a acoplar a esa red de distribución para que las personas tengan el agua en sus viviendas. Luego construiremos el sistema de alcantarillado hacia todas las viviendas, con dos órganos de tratamiento, para cuidar el medio ambiente. Esta inversión cuesta alrededor de 1.2 millones de pesos por la parte cubana”.
En 90 días se tiene pensada la ejecución de la obra en su totalidad, tanto el sistema hidráulico como el de alcantarillado, la que formará parte de la Empresa de Acueducto, con un operario entrenado que residirá en la propia comunidad.
La conductora tiene 430 metros lineales, desde el pozo hasta el tanque de distribución, de ahí hasta la red de distribución hay una distancia de 463 metros, “en la parte de alcantarillado, estamos hablando del colector principal tiene unos 460 metros, sin incluir las acometidas a las viviendas, que estaríamos hablando de acometida y vivienda, sobre los 750 metros aproximadamente”, asegura Roca.
Dicho sistema beneficiará más de 50 viviendas y cuatro objetos sociales: escuela, médico de la familia, bodega y sala de video.