La Hoja Verde, un emprendimiento de reciente creación en la ciudad de Santiago de Cuba, se ha convertido en los últimos meses en un referente en la fabricación y comercialización de cosméticos, artesanías y otros objetos, a partir del uso de productos naturales.
Sin embargo, fue el aroma a café lo que nos llevó a la puerta de la morada de Sheila Castro, en Vista Alegre, en calle 13 esquina 12, número 258, para conversar sobre el uso del aromático grano en las manufacturas de esta joven emprendedora.
Un jabón cuyo ingrediente distintivo es el café, una mascarilla exfoliante también preparada con esta materia prima, y por último una vela decorada y aromatizada con granos del cerezo, son los productos que motivan este encuentro.
El inicio… de La Hoja Verde
“La Hoja Verde nació en la pandemia de Covid”, se apresura a decir Sheila y sorprende a este periodista porque la profesionalidad con que habla la joven, y el prestigio ganado entre sus clientes, parecían ser un emprendimiento con más tiempo de vida.
“Sólo tiene un año y medio, y surgió un poco por el tiempo libre, por la creatividad que uno lleva por dentro y también por la necesidad de hacer cosas y no estar detenidos. Fue así que entonces empecé a hacer cosas y no he parado hasta el día de hoy”.

Refiere Sheila que al inicio no la movió la motivación de comercializar sus productos, más bien buscaba calidad de vida.
“Los jabones, por ejemplo, los hice para mí, o para la casa pues tenemos un hostal, pero por cosas de la vida los compartí con compañeras y entonces empezaron a pedirme, creo que un poco porque las personas tienen la necesidad de tener cosas de calidad, pero de origen natural o que no le afecten la piel. Fue entonces que la aceptación de la gente de los productos que estaba fabricando, lo que me animó a comercializar, a seguir creando y a vender”.
¿Por qué el café?
“De hecho el jabón de café fue el primero que hice y el primero que salió a la venta. La razón es muy sencilla. Es un producto que todo el mundo tiene en la casa, que está a la mano, es económico, se hace con el residuo, con lo que todo el mundo desecha, con la borra del café, aunque en la fabricación le agrego un poco de la bebida también”.
“Además, el café tiene múltiples beneficios. Es un excelente exfoliante, y la piel es muy importante que sea exfoliada sino se tapan los poros, etc. El café era algo asequible pero también investigué y leí muchísimo sobre los beneficios”.
“Probé en mi piel el jabón de café y dije WOW, me gustó mucho como la dejó. Pero no sólo la mía, conversé con personas que usaban el jabón de café que hago y me decían, desde que comenzaron a emplearlo, que les había cambiado mucho la piel. Me decían que la tenían mucho más suave, con menos granos, más limpia…”.
“Muchas personas se me acercaron y me agradecieron que realizara este jabón natural de café, porque incluso sentían complejo por tener granos, etc., y estaban muy satisfechas, y esa fue la razón que me hizo crecer y buscar nuevos tipos de jabones y otros productos, además de seguir con este que ya fabricaba”.
Beneficios del jabón de café
“El primero es que es exfoliante, elimina las células muertas, la cafeína articula la circulación sanguínea, es muy bueno para personas que sufren de várices, ayuda a reducir la celulitis, baja también la inflamación, elimina las ojeras…”.
Según la literatura especializada, también reduce la piel naranja y es desodorizante, o sea, ayuda a eliminar el olor a sudor. Se dice, además, que es vigorizante, hidratante, y mejora el aspecto de la epidermis al posibilitar la eliminación de toxinas.
“Tenemos dos tipos de jabón de café, uno hecho con aceite de coco y el otro con manteca de cacao. Lo mezclamos con aceite para que al hacer la exfoliación no reseque la piel. Es muy recomendado también para pieles maduras porque es antioxidante, combate las arrugas prematuras”.
Café, también en velas y mascarillas
Las inquietudes creativas de Sheila le han hecho explorar otros horizontes. Uno de ellos la llevó a usar el café en otros productos: velas aromáticas y mascarillas exfoliantes.
“La vela de café seduce con su aroma. Usamos los granos tostados para decorarla que al quemarse, desprenden una fragancia muy agradable. Esa vela también la combinamos con canela”.
“También tenemos un exfoliante corporal y facial, de café, miel y aceite de coco. Géminis Cosmetics en una ocasión adquirió para sus servicios esta mascarilla. Algunas personas llegaron a mi puerta buscando esa mascarilla porque la vieron allí”.
En el caso de esta mascarilla, los beneficios para la piel son similares al del jabón, aunque según la literatura consultada, también es astringente y ayuda a aclarar la epidermis y las manchas, ilumina el rostro y es revitalizante, además potencia la firmeza y mejora el aspecto.
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Sheila Castro es una de las principales promotoras en Santiago de Cuba del uso de productos naturales en la cosmética y en el bienestar espiritual, en sentido general. Pero es, además, la única fémina que produce artículos como los jabones artesanales.
Sus creaciones han encontrado un público receptivo más allá de las fronteras provinciales e, incluso, nacionales.
“He comercializado en Bayamo y me han hecho encargos desde Italia. Tengo clientas que me han comprado, han viajado al exterior, y desde otras naciones me hacen encargos. Me escriben y me dicen, mira tal persona irá a Santiago de Cuba, con ella quiero que me mandes esto y esto otro. Me ha pasado con clientas que viven en Estados Unidos”.
Sin proponérselo, ella, junto a La Hoja Verde, son embajadores del buen gusto, de la elegancia, pero también promotores de salud porque –y es criterio personal de quien escribe, y basado en varios diálogos– acompaña cada producto, cada intención de venta, cada diálogo telefónico o por chat, con comentarios sobre los beneficios de usar productos naturales.
Ese valor añadido, junto a la seriedad de sus producciones, la amabilidad del trato y sus creaciones, son –quizás– las notas distintivas de La Hoja Verde, un emprendimiento del que, seguro estoy, dará mucho de qué hablar, y para bien, en el futuro.